El 2020 está siendo un año atípico en todos los sentidos… Pero seguro que nadie en Newport Beach, Estados Unidos, se esperaban ver esto; el pasado mes de abril, un grupo de delfines danzaron y jugaron en aguas californianas bañadas por un dinoflagelado bioluminiscente.

¿Delfines bioluminiscentes?

A Patrick Coyne y Ryan Lawler, a los cuales debemos las imágenes que quedan para la posteridad. Coyne, fotógrafo de paisajes y arquitectura, al compartir la noticia, admite haber llorado, pues ser testigo de un momento así, deja una huella imborrable en un ser humano…

Aunque no es magia, es ciencia. Más concretamente, la ciencia denomina a este fenómeno como “marea roja”. Éste fenómeno se produce a causa de una reacción bioquímica provocada por las algas o el plancton en movimiento. Ello hace que las aguas donde se produzca la marea roja, cambien de color.

No obstante, éste fenómeno es impredecible. Los estudios arrojados por científicos no son capaces de determinar que patrón o cuánto durará. Sin embargo, el sistema de observación de océanos costeros de California, fue el factor determinante para Coyne y Lawler. Los muestreos semanales de estos observatorios suelen marcar periodos de entre una semana o un mes.

A sabiendas que había una mínima probabilidad de presenciar en directo algo que sólo es posible en documentales, partían en busca de fotografías para el recuerdo. Tras unos primeros días desde una orilla llena de cámaras preparadas para el momento. Muchos fotógrafos capturaron olas brillantes, que ya de por si es algo digno de mención… Pero algunos se aventuraron a seguír a Coyne en su pequeña embarcación hinchable. Y parecía que no sería posible… pero sí.

El 23 de abril, unos delfines rodearon el bote, con un halo azul que resplandecía en mitad de la noche, bañando las aguas californianas de Newport Beach. Esa esa sensación de estar en el momento adecuado en el instante preciso… Así fue como lo describió Patrick Coyne para el The Orange County Register “No es algo que planeas… podríamos ver cuándo comenzaría a brillar, pero no hay forma de predecirlo”.

 Las imágenes, han dado la vuelta al mundo, y en un año donde necesitamos más que nunca ver una luz que nos guíe… La naturaleza, una vez más, nos muestra el camino.

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